viernes, 15 de marzo de 2019

Ética y política


La ética y la política son, para Aristóteles, ciencias prácticas, saberes que investigan el modo recto de comportarse los agen­tes humanos capaces de decidir libremente sobre sí mismos.
Esta capacidad de decisión libre no debe darse por suministrada por la na­turaleza, puesto que el hombre natural está sometido a las necesidades de subsistencia y reproducción, y en ese ámbito carece de poder de decisión (no puede decidir no ser productivo, pues en tal caso no subsistiría).

1. La polis y la política 

El orden en el cual se solventan esas necesidades primarias es el de lo que Aristóteles denomina el «hogar» (oikos), el ámbito de lo «económi­co». Pero Aristóteles señala como la invención más beneficiosa para la especie la de quienes crearon la polis, que justamente comienza allí donde los hombres ya tienen suficiente para sobrevivir (es decir, no tie­nen que vivir anclados a la necesidad natural) y pueden empezar, por tanto, a decidir libremente sobre el género de vida que quieren vivir.
Este umbral, que ya no es el de la supervivencia sino el de la «buena vida» o «vida digna», señala lo que Aristóteles entiende por política, un saber al que reconoce la absoluta primacía entre las ciencias prácticas.
«Todo arte y toda investigación e, igualmente, toda acción y toda elección libre parecen tender a algún bien. [...] Si, por tanto, de las cosas que hacemos hay algún fin que queramos por sí mismo, y las demás cosas por causa de él [...], es evidente que este fin será lo bueno y lo mejor. [...] Si es así, debemos inten­tar determinar, al menos esquemáticamente, cuál es este bien y a cuál de las ciencias o facultades pertenece. Parecería que ha de ser la suprema y directiva en grado sumo. Esta es, manifiestamente, la política».
Aristóteles: Ética a Nicómaco, 1094a-b. Gredos, Madrid, 1985.

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